Remunicipalización es la palabra consagrada. Las palabras son armas poderosas al servicio de las ideas y la expresión remunicipalización no es inocente ya que evoca una recuperación de lo público para el municipio, cuando en verdad sabemos que jamás la titularidad dejó de ser municipal. No se puede remunicipalizar lo que siempre fue municipal. Se trata de palabras-marketing que venden una ideología simplista que ha tenido su origen en la severa crisis económica por la que ha pasado España, lo que dio pie a que cuajara la idea difundida por algunos sectores de que la culpa la tenían la economía de mercado y las empresas privadas. Esta idea se sintetiza en el binomio: lo privado es malo y lo público es bueno. Esto dio pie a que en las elecciones municipales de 2015 determinadas fuerzas políticas radicales -principalmente Podemos y partidos afines- plantearan que toda la gestión privada que se llevara a cabo en los ayuntamientos había que revertirla y que fuera gestionada...
El catedrático de Derecho administrativo Luis Míguez señala, en el primer capítulo del libro El interés general y la excelencia en los servicios públicos , que el principio de libre competencia se rige en buena medida por las previsiones del Derecho del Unión Europea. Es una primera fuente de limitaciones que afectan a la asunción por los Ayuntamientos de la gestión directa de los servicios públicos y ello, al menos, desde dos puntos de vista. Por una parte, cuando la actividad cuya gestión directa pretende asumir el Ayuntamiento no está reservada a la titularidad pública , ni entra en el ámbito de los servicios de carácter social y asistencial que se pueden gestionar al margen de las reglas del mercado, es decir, cuando se trate de una actividad económica sometida al principio de libre competencia, las condiciones en que se desarrolle la gestión directa no pueden vulnerar ese principio. En particular, el régimen económico del servicio deberá perseguir la autofinanciación ...